El futuro del coworking después del COVID-19
La modalidad de coworking está cada vez más instalada en el ADN de las empresas colombianas y la tendencia indica que seguirá en aumento.

Los espacios de trabajo colaborativo o coworking permiten que las empresas y los profesionales de distintas áreas productivas compartan un mismo lugar de trabajo con el objetivo de desarrollar y gestionar sus proyectos, a la vez que conectan y crean oportunidades laborales con otros miembros de dicha comunidad.
Un informe publicado por Co-Work Latam concluye que, por causa de la coyuntura generada por la pandemia, 6 de cada 10 empresas van a reducir en el próximo año sus gastos en infraestructura y en costos de operación, específicamente en todo lo relacionado con adecuación de oficinas y mantenimiento de las mismas. Esto se presenta como una reacción natural a la situación actual, ante la cual los empresarios han tenido que optimizar recursos sin valerse de los espacios tradicionales para favorecer el distanciamiento físico.
El nuevo ahorro que genera este cambio para las compañías no solamente pone el foco sobre espacios de trabajo flexibles, más económicos y colaborativos, sino que también le aporta un valor adicional al significado de las oficinas, que ahora son percibidas, además, como lugares dinámicos, aptos para el descanso y el entretenimiento de sus colaboradores.
Co-Work Latam agrega en su informe que, basándose en una encuesta hecha por Morning Consultant a más de 1 000 personas encargadas de recursos humanos, por lo menos la mitad de ellos optarán por hacer cambios en las modalidades de trabajo más flexibles y en facilitar la movilidad de sus equipos.
Asimismo, WeWork, una de las grandes firmas de espacios de trabajo compartidos, en un artículo publicado en su sitio web asegura que aquellas empresas que implementen una postura firme en términos de salud y seguridad van a inspirar más confianza para los colaboradores en su retorno laboral. Esto, ligado a prácticas de autocuidado como reducir el número de personas que usan los ascensores, minimizar reuniones de trabajo y velar por la calidad del aire en espacios cerrados, serán prácticas esenciales para garantizar un regreso a las oficinas óptimo.
Sobre esto, el diario español ABC compartió las principales medidas de bioseguridad que los lugares de trabajo flexibles deberán implementar con el objetivo de cuidar la salud de todos sus miembros:
- Desinfección total y constante del centro de trabajo para prevenir la expansión del COVID-19.
- Mantener la distancia física mínima de aproximadamente 2 metros, tanto en la entrada y salida al coworking, como durante la permanencia en las zonas comunes del mismo.
- Facilitar el acceso a equipos de protección individual, como geles antibacteriales, guantes y tapabocas.
- Reforzar e incrementar el servicio de limpieza en todo el lugar.
¿Cuáles son las principales tendencias para este sector?
Si bien es cierto que la expansión del COVID-19 ha obligado a muchas empresas a entregar sus espacios de trabajo, expertos aseguran que cuando la “nueva normalidad” esté instaurada por completo, los espacios de coworking serán una alternativa para reincorporarse al trabajo presencial. ¿Por qué? Principalmente porque estos
permiten una disminución de hasta un 40 % en costos directos y no cuentan con barreras de entrada, tales como avales, inversión en mobiliario, decoración y reformas.
Asimismo, Alfredo Reyes, presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), en entrevista con el diario El Espectador, afirmó que este tipo de espacios podrían cobrar más vigencia, pues la tendencia será hacia lo “híbrido”, y los coworking son buen ejemplo de eso. Un espacio compartido, por su flexibilidad, puede ser una buena opción para albergar, por ejemplo, las reuniones presenciales una vez superada la pandemia.
Sobre esto, expertos de Impact Hub aseguran que, en un contexto en el que el COVID-19 ha trastocado la economía y ha cambiado las formas de trabajar alrededor del mundo, los coworking se configuran como alternativas válidas para organizaciones que buscan reducir oficinas fijas o que necesitan espacio adicional para desplazar equipos, rotar plantillas o reunirse, sin comprometer presupuestos o contratos a largo plazo.
Para esta empresa, las principales tendencias en el sector serán:
- Flexibilidad a medida. La flexibilidad se aplicará no solo a la configuración del espacio de trabajo, adaptable a la desescalada y la realidad social y económica de las empresas, sino también a los tipos de membresía, los servicios incluidos y las condiciones y duración de los contratos.
- Modelos híbridos de trabajo. Surgen modelos que combinan lo mejor de trabajar a distancia (flexibilidad, autogestión y conciliación para el trabajador; orientación a resultados y ahorro de costes para la empresa) con la necesidad de tener un espacio de encuentro, de conexión humana, que permita trabajar en comunidad cuando se requiera.
Se generalizará el pago por uso de servicios y la innovación será una constante en el diseño y la oferta de nuevos productos y servicios a los diferentes públicos.
- Teletrabajo y coworking. El teletrabajo y el coworking crecerán y se complementarán, pues ambos ofrecen la flexibilidad que demandan hoy día las empresas y profesionales ante las medidas de distancia física, la reducción de costes y el entorno cambiante. El uso de oficina convencional convivirá con el trabajo a distancia, ya sea en casa o en espacios de coworking, con ventajas profesionales estos últimos frente a las domésticas.
Un estudio de Workthere, la plataforma internacional de la consultora Savills Aguirre Newman, confirmó que el 62 % de los proveedores de oficinas flexibles a nivel global se muestra optimista sobre las perspectivas del sector en un año y el 26 % se considera optimista sobre la situación del sector en los próximos tres meses.
Para el caso puntual de Colombia, se estima que la industria de las oficinas flexibles siga creciendo a un ritmo del 23 % anual y tenga una recuperación rápida, según la firma Co-Work Latam.