Accesibilidad en los proyectos arquitectónicos, lo que debes saber
La accesibilidad en los proyectos arquitectónicos es necesaria para transformar las ciudades en lugares más seguros y acogedores para todos sus habitantes.
Pensar en accesibilidad es reconocer que todos somos diferentes y nos movemos de formas muy variadas en los espacios. Desde quienes requieren sillas de ruedas hasta las personas con bebés en brazos tienen necesidades especiales que los proyectos arquitectónicos deben suplir. Te contamos los detalles sobre este derecho universal.
¡Seguro has escuchado hablar de accesibilidad! Esa palabra que nos lleva a pensar en lugares más amigables con las personas, independientemente de su manera de movilizarse. Aunque el término es bien conocido, a las ciudades del mundo les hacen falta grandes cambios para ser accesibles de manera universal: es decir, que todos, sin importar edad o discapacidad, podamos disfrutar de los espacios con tranquilidad y confort.
De acuerdo con la ley colombiana, la accesibilidad hace referencia a la “condición que permite, en cualquier espacio o ambiente ya sea interior o exterior, el fácil y seguro desplazamiento de la población en general y el uso en forma confiable, eficiente y autónoma de los servicios instalados en esos ambientes”.
¿Y qué se necesita para lograr la accesibilidad? Que las estructuras estén diseñadas pensando en todos los ciudadanos. La arquitectura tiene un papel esencial en este cometido, pues desde el planteamiento de las obras, públicas o privadas, es necesario pensar en la movilidad de la totalidad de los individuos y en la implementación de estrategias que permitan la inclusión y el libre desarrollo de sus actividades.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “aproximadamente el 15 % de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad y el 80 % vive en países en desarrollo”. Por eso, estamos a tiempo de replantear la forma de construir y lograr una mayor accesibilidad en el futuro.
¿Qué es la accesibilidad universal?
La accesibilidad universal hace alusión a las condiciones que tienen que cumplir los espacios en cuestión de seguridad, comodidad y apoyo a la autonomía de las personas. Para lograrlo, las obras tanto públicas como privadas deben garantizar el cumplimiento mínimo de los siguientes requisitos:
• Igualdad
El diseño arquitectónico permite la apropiación del espacio por parte de todos los ciudadanos, incluyendo aquellos con discapacidades o situaciones especiales de movilidad.
• Flexibilidad
El espacio cuenta con opciones variadas de accesibilidad. Así, cualquier persona, sin importar su condición, puede transitar por el lugar y usar con comodidad los servicios que ofrezca.
• Simpleza y funcionalidad
Los individuos comprenden el entorno, independientemente de su experiencia, habilidades o conocimientos previos. Es un espacio intuitivo, amigable y funcional.
• Percepción de la información
La señalética usada en la infraestructura es clara y sencilla. Preferiblemente, con representaciones gráficas, sonoras y táctiles. Además, su nivel de contraste es óptimo para que las personas con baja visión puedan comprender.
• Tolerancia al error
Los sitios o elementos que representen peligro están debidamente señalizados. Así mismo, el diseño está pensado para reducir al máximo los riesgos por actos involuntarios o accidentales.
• Poco esfuerzo físico
Ninguna persona tiene que sobreesforzarse físicamente para transportarse o hacer uso del espacio y sus servicios. Para lograrlo, el diseño arquitectónico debe estar enfocado en ser eficiente y empático.
• Espacios apropiados
Sin importar los medios para desplazarse, su tamaño o posición, cada persona puede transitar cómodamente por cada sitio.
Para recoger lo anterior, por ejemplo un edificio de consultorios que cumpla con accesibilidad universal debe contar con rampas. Estas son esenciales para personas en sillas de ruedas, con muletas o caminadores y para el paso de coches de bebé. Además, es obligatorio que el edificio use señalética incluyente, que permita a quienes tienen algún tipo de discapacidad ubicarse en el espacio.
Por otra parte, es importante que, desde la planeación, se defina el tamaño de los lugares, con el fin de que sean aptos para quienes tienen movilidad reducida. También, es fundamental resaltar que los servicios sanitarios tienen que contar con pasamanos, amplitud y servicios de fácil uso para todos.
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Lo que exige la legislación colombiana
En Colombia existen varias leyes, decretos, resoluciones y normas técnicas que velan por la accesibilidad física de todos los ciudadanos. La primera de ellas es la Resolución 14861 de 1985, “por la cual se dictan normas para la protección, seguridad, salud y bienestar de las
personas en el ambiente”, y en especial de quienes tienen dificultades para movilizarse.
Así, en esta norma encontramos que los espacios de uso general, como colegios, cines, viviendas, parques, supermercados, entre otros, deben “adecuarse, diseñarse y construirse de manera que faciliten el acceso y tránsito de la población en general y en especial de las personas con movilidad reducida temporal o permanente o cuya capacidad de orientación se encuentra disminuida por la edad, analfabetismo, incapacidad o enfermedad”.
Además, el Ministerio de Salud de Colombia ha recopilado en su sitio web, toda la normativa que se ha desarrollado con el fin de hacer más accesibles los lugares.
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A la hora de diseñar y construir es necesario pensar en todos los individuos y en sus diferentes capacidades, para crear obras que los incluyan y los hagan sentir cómodos y seguros. La accesibilidad no compite con la estética y es posible crear estructuras de gran belleza con un componente de empatía y solidaridad con los otros.
Al final, cada espacio accesible nos será útil en algún momento de nuestras vidas. Desde el Fondo Inmobiliario Colombia somos partidarios de que la accesibilidad Transforma Ciudades.
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*Los datos del presente artículo son informativos y no obedecen a recomendaciones del Fondo Inmobiliario Colombia.